A pesar del tiempo cambiante, el ambiente fue estupendo desde el principio. Los niños se dividieron en dos grupos mixtos para que los alumnos alemanes y holandeses pudieran explorar juntos el zoo. Las conversaciones iniciales se desarrollaron rápidamente durante los encuentros conjuntos en el zoo, a veces con las manos y los pies, a veces en alemán o neerlandés, a menudo simplemente con una sonrisa.
En el zoo, los niños pudieron observar muchos animales diferentes e incluso entrar en contacto directo con algunos de ellos. Cuándo se llega a sostener un guepardo fantasma de verdad o un dragón barbudo, ¡todo un acontecimiento!
Además del encuentro lingüístico, la atención se centró también en el aprendizaje. Los guías del zoo explicaron cosas apasionantes sobre los hábitats, la dieta y las características especiales de los animales de forma amena para los niños. Los niños escucharon e hicieron algunas preguntas.
Al final, ambos grupos se reunieron en el restaurante para jugar y comer juntos. Todos los niños recibieron una pequeña patata frita y una bebida.
Conclusión:
Fue un viaje inolvidable con muchos encuentros lingüísticos germano-holandeses.
Ya estamos esperando la próxima aventura con nuestra escuela asociada.